El otro día me puse a pensar en lo afortunado que soy. Tengo la suerte de tener una familia que me quiere, un trabajo que me gusta, salud, buenos amigos y, además, vivo en una de las ciudades más lindas del mundo. Este dibujo tiene que ver con la gratitud.
Tengo para con el humor gráfico na relación de distancia que jamás me pregunté por qué, está simplemente. Sin embargo con Andy & Sidharta me sucede algo especial, diferente: encuentro demasiada humanidad en esos dibujos. Y está bien, vaya si está bien, sobre todo en éstos tiempos donde estamos rodeados de perros que quieren alejarse de sus verdaderos dueños y hacer lo que se les antoja en la calle... Sidharta es como esos perros nuestros que ya no están, que tienen la cucha en nuestros recuerdos... Traerlos un ratito (o que vuelvan) es un rato de felicidad. Y mucho hay que agradecerselo a Daniel Paz
8 comentarios:
El otro día me puse a pensar en lo afortunado que soy. Tengo la suerte de tener una familia que me quiere, un trabajo que me gusta, salud, buenos amigos y, además, vivo en una de las ciudades más lindas del mundo. Este dibujo tiene que ver con la gratitud.
Gracias, Maestro.
Gracias por Andy & Sidharta!!! Voy a tomar esta entrada como un regalo de cumpleaños!
Y gracias, tambien, por lo que decís, ya que a veces, por tenerlo delante de la nariz, no lo valoramos.
Un abrazo, Patricia.
Me hiciste pensar. Es verdad, no valoro lo mas simple y siempre pido mas.
Gracias!
Si que sos afortunado.
impressionante!
Excelente.
Tengo para con el humor gráfico na relación de distancia que jamás me pregunté por qué, está simplemente. Sin embargo con Andy & Sidharta me sucede algo especial, diferente: encuentro demasiada humanidad en esos dibujos. Y está bien, vaya si está bien, sobre todo en éstos tiempos donde estamos rodeados de perros que quieren alejarse de sus verdaderos dueños y hacer lo que se les antoja en la calle... Sidharta es como esos perros nuestros que ya no están, que tienen la cucha en nuestros recuerdos... Traerlos un ratito (o que vuelvan) es un rato de felicidad. Y mucho hay que agradecerselo a Daniel Paz
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